Fiche 22, Exercice 3 (page 53)

  1. [...] cuando el director abrió la puerta y dijo, jadeando:
    –Pero, Asunción, ¿qué pasa?
    La sita se tocó la garganta, tragó saliva y dijo, asombrada de sí misma:
    –No sé… como llevaba una semana sin hablar no me había dado cuenta de que ya tenía bien la voz.
    –¿Y cree usted que podrá reñir a sus alumnos sin que tiemblen los muros del colegio?
    –Sí, claro… Es que le quitaron el garbanzo a mi silbato y…
    Qué lista es mi sita. Nos miró atentamente y su mirada se detuvo en Yihad.
    –Yihad, ahora mismo vuelves a dejarlo como antes, y si no lo consigues tendrás que comprarme uno nuevo. [...] El director, antes de irse, carraspeó, y le dijo a la sita muy suavemente:
    –Me parece bien que el chaval se lo arregle…
    Elvira Lindo, Pobre Manolito, © Elvira Lindo, 1995.