Fiche 46, Exercice 1 (page 101)

  1. Todo se quedó a oscuras y pasó un rato. Creía que yo era el único ser despierto sobre el mundo mundial, pero mi abuelo me dijo:
    –Manolito, pásate conmigo a la cama a calentarme los pies.
    Me pasé y nos pusimos de cara a la ventana, que es del lado del que nos dormimos.
    –Manolito, no te preocupes, el próximo partido, después de comernos la tortilla, vente conmigo al rincón y nos dormimos todo el partido juntos. Cuando haces eso nadie se fija en ti.
    –Abuelo, a ti es que no te importa nada en la vida.
    –Sólo dos cosas: tú y el Imbécil.
    Elvira Lindo, Pobre Manolito, © Elvira Lindo, 1995.